A
veces recibo correos de amigas, hermanas,
madres, primas, vecinas que tienen una amiga
que ha sufrido la pérdida de un bebé (con independencia de cómo se haya
producido esta pérdida) y no saben cómo ayudarla. Me escriben angustiadas
porque son conscientes de que su amiga lo está pasando muy mal y me preguntan
qué pueden decirle para animarla. En ocasiones, me cuentan cómo, al visitarla,
han notado que sus palabras le han causado a su ser querido dolor y angustia y
no le han hecho ningún bien.
A
continuación voy a daros una serie de consejos básicos para apoyar a amig@s personales
(madres, padres y niñ@s) que están atravesando un duelo por la pérdida de su bebé. No toméis estos
recursos para utilizarlos de forma profesional, son simplemente unos breves apuntes para acompañar respetuosamente, como amig@s, a
seres queridos, a amigas que están pasando por un periodo traumático y muy duro
de sus vidas.
Los
profesionales que se ocupan del acompañamiento de duelos se pasan años
preparándose para facilitar la transición tras la pérdida de un ser querido.
Cuando los duelos son en exceso profundos y traumáticos, cuando no podemos
remontar y recuperarnos, éstas y éstos
magníficos profesionales nos ayudan y nos acompañan desde su experiencia,
desde su empatía y sus grandes conocimientos del dolor y el trauma del duelo.
¿Cómo brindar
apoyo y compañía desde la amistad y el cariño?
Palabras: Las más de las veces las
palabras sobran. Abraza a tú amiga, dale todo tú cariño, quédate a su lado cogiéndola de la mano, dejándola hablar a ella,
dejándola llorar. Nada de lo que digas va a poder aliviarla, simplemente,
acompáñala sin opinar, sin intentar mitigar su dolor con frases como que el
bebé era pequeño, que ya tendrá otro, que ha pasado lo que tenía que pasar, etc.
Respeto: Si la pérdida es reciente,
respeta el dolor de tú amiga, no hables de tus propias pérdidas, de otras
muertes. Sin embargo, si tú misma has
sufrido una pérdida, sí que puede servirle de ayuda frases breves de
reconocimiento de su trauma como: sé cómo te sientes, sé que es muy doloroso,
comprendo tú pena, comprendo tú dolor.
Acompáñala
discretamente desde tú experiencia
y, más adelante, cuando ella se sienta más fuerte y preparada, podréis las dos
hablar de vuestras pérdidas, uniros en ese mutuo dolor que conocéis y que os ha
unido en el difícil camino de una maternidad diferente.
Paciencia:
Nunca debemos
presionar a una persona que ha sufrido una pérdida para que olvide su dolor,
todas necesitamos un tiempo para recuperarnos, para volver a reorganizar
nuestras vidas, nuestra psique.
Nuestra
mente, nuestro cuerpo, nuestro espíritu están muy heridos y necesitamos tiempo
para vivir nuestro dolor, para asimilar nuestra pérdida, para comprender todas
las experiencias que acabamos de vivir.
Amor:
Muéstrale tú
cariño con pequeños mimos como llevarle comida para unos días, unos bombones,
darle un pequeño masaje, ayudarle a arreglar su casa, arroparla, escucharla con
empatía, compartir sus lágrimas.
Presencia:
Aunque no
viváis cerca y la distancia os separa, escríbela
a menudo, sólo palabras escritas desde el corazón como: Te quiero mucho, te
llevo en mi corazón, me acuerdo mucho de ti, etc. Palabras escritas desde el
cariño, sencillas, de amistad.
Si
vives cerca visítala con frecuencia, que
note tu presencia, tu compañía, que tu apoyo sea sereno, amoroso, cobíjala
con tu cariño.
Si
desea salir, acompáñala en sus salidas,
prepara visitas a lugares naturales: playa, montaña, mar, ríos ayudan a
encontrar la paz de espíritu necesarias para encarar el duro camino de asumir
que tú bebé se ha marchado.
Las
mamás que sufrimos pérdidas nos sentimos hundidas, devastadas, solas y sin rumbo.
El tener una compañía amorosa, desinteresada, puede servirnos de faro, de luz.
Empatía:
Tu amiga acaba
de pasar por una de las experiencias más traumáticas y dolorosas que podemos
vivir, necesita tu presencia, tu apoyo, tu compañía, tu comprensión. No
necesita ni juicios, ni opiniones.
Recuperación:
Cuando veamos que,
pasado el tiempo, pueden ser meses o semanas, nuestra amiga poco a poco nos necesitará
para salir del túnel, podemos proponerle ir a clases, talleres, acompañarla a
actividades físicas o manuales: danza del vientre, yoga, Tai chi, biodanza,
pintura, modelaje, cocina, costura, artesanía, etc. Todas ellas ayudan mucho a reconectar
con nuestro cuerpo, a volver a unir nuestra mente, nuestro espíritu con nuestra
dimensión física.