martes, 30 de octubre de 2012

Re-lanzamiento de la comunidad de Duelo Gestacional y Perinatal



Cuando perdemos a nuestros Niños del Agua, son muchas las dudas que se nos plantean y la mayoría de las veces, las respuestas son difíciles de encontrar. Buscamos en foros, leemos la experiencia de otras madres, comentamos en blogs, nos compramos todo los libros que existen sobre el tema... pero a veces, toda la información con la que damos o es dispersa, o no es suficiente, y seguimos teniendo muchas inseguridades y preocupaciones entorno a la marcha de nuestro bebé. 

Mónica Álvarez, psicóloga de gran prestigio y escritora experta en duelo gestacional y perinatal, ha dado con la solución perfecta para ayudarnos con todas estas dudas y preguntas, la creación de una Comunidad Virtual de Duelo Gestacional y Perinatal, en la que además de quedar englobados todo el resto de herramientas que ya hemos manejado, se nos abre la oportunidad de participar, desde donde vivamos y sin necesidad de desplazarnos, en una serie de cursos monotemáticos on-line sobre este tipo de duelo y sus características especiales. 

En  estos cursos, además de informarnos en profundidad sobre cada tema tratado, podremos despejar las dudas que tenemos sobre nuestra propia experiencia de pérdida y de duelo gestacional o perinatal.

Por otra parte, me gustaría señalar que esta comunidad además de ser de gran utilidad para Madres y Padres que han pasado por la dura experiencia de una pérdida, también puede servir de gran ayuda, y como formación imprescindible, para profesionales como psicólogos, Doulas, terapeutas, médicos, enfermeras, etc. que trabajan de primera mano con estos casos duros en extremo.

Si deseas entrar a formar parte de esta Comunidad, ahora puedes aprovechar una oportunidad única, su gran oferta de relanzamiento, en la que a todas las personas que se apunten en lo que queda de mes y hasta la medianoche del 4 de Noviembre, se les oferta un bono de tres emails para consulta privada con la propia psicóloga Mónica Álvarez.

Para finalizar, me gustaría informaros que con vuestra incorporación al grupo podréis acceder a:
  • Cursos con contenido exclusivo en diferentes formatos: Pdf, Audio, Video, Foro…
  • Videoconferencias dictadas por expertos/as que compartirán con nosotros sus conocimientos.
  • Foros en el que poder consultar dudas, inquietudes, necesidades, proponer sugerencias…
No dejéis de visitar y apuntaros a la Comunidad Virtual de Duelo Gestacional y Perinatal, el precio es muy asequible (1€ el primer mes y 12€ los siguientes). Os puede ser de tanta ayuda como le está siendo en la actualidad a un gran número de madres, padres, profesionales, y personas interesadas en el tema de las pérdidas gestacionales y perinatales.

lunes, 22 de octubre de 2012

Somos Amor y Eternidad




Cuando sufrimos una pérdida,
 la soledad nos inunda,
invade nuestro cuerpo,
y hace que nos sintamos tristes,
aisladas,
abandonadas.

Sin embargo,
no estamos solas,
el inmenso Amor por nuestros hijos,
 siempre estará ahí.
Habremos pasado poco tiempo físico con ellos,
pero,
nuestro Amor es infinito
y
perdurará a lo largo de la eternidad.

Su cuerpo físico partió,
pero su espíritu,
nos acompaña,
paso a paso,
día a día,
permanece con nosotras,
permanece con nosotros.

Sus almas caminan a nuestro lado,
dentro de nuestros corazones,
impregnando nuestra esencia
y nuestros espíritus.

En un breve tiempo finito,
sentimos la inmensidad
del Amor.
Y ahora sabemos,
que el Amor es infinito,
que perdura,
eternamente,
y
que Todos somos Uno.

jueves, 18 de octubre de 2012

Viernes 23 de Noviembre, primera Reunión del grupo de Apoyo Niños del Agua, Rincón de la Victoria (Málaga)




Desde Niños del Agua, con el apadrinamiento de la Asociación Junto a tu Doula, hemos decidido crear un grupo de apoyo presencial para madres y padres que han pasado por el terrible trance de una pérdida gestacional o perinatal. Nos reuniremos una vez al mes, en el Rincón de La Victoria, Málaga, para poder ayudarnos entre tod@s, hablar en libertad, despejar dudas y sentirnos apoyadas/os tras nuestras dramáticas experiencias.
 
Si estás interesada/o en acudir, estás invitada/o, tendremos la primera reunión el viernes  23 de Noviembre a las 17:00 h.  En esta primera reunión hablaremos de las pérdidas gestacionales y del tabú que existe alrededor de estas. Aunque tomemos un tema como hilo conductor de las reuniones, el contenido de estas es flexible y podemos cambiarlo según las necesidades de los miembros del grupo.

El lugar de reunión será Camino Viejo de Vélez, nº 65, bloque 7, ático A
Ven a compartir con nosotras tu pena, tu experiencia, la Historia de tu Niñ@ del Agua, tus temores, tus dudas.... Entre todas y todos, nos apoyaremos, sin juzgar, sin opinar.

Puedes apuntarte, plantearnos todas tus dudas y preguntas a través de nuestro correo electrónico:

O en nuestro grupo de Facebook: https://www.facebook.com/NinosdelAgua

Os esperamos a tod@s

Elena, Jasmin y Ramón

lunes, 15 de octubre de 2012

La pérdida de un bebé, por Sonia Canal



Sonia Canal, Doula, Mamá, y gran amiga nuestra, ha tenido la amabilidad de cedernos para su publicación, el emotivo texto que escribió, hace pocos meses, tras la pérdida de su Niño del Agua. Pensamos que este escrito, además de por su delicadeza y el Amor que destila, puede servir de gran ayuda a muchas mamás pues en él, podemos leer la carta de despedida a su bebé (paso fundamental para poder a comenzar a elaborar el duelo por la marcha de nuestro hijo) y también, habla del tratamiento expectante y de cómo no siempre es posible llevarlo a cabo. 

Las Mamás que pasamos por una pérdida gestacional o perinatal, tenemos que estar abiertas a todas las posibilidades y no cerrarnos en banda a nada, sobre todo, cuando nuestro estado emocional y anímico pende de un finísimo hilo. Al sufrir una pérdida, no debemos perdernos también a nosotras mismas, debemos aprender a volver a amarnos y no exigirnos más de lo que podamos ofrecernos en esos trágicos momentos. 

Tras su durísima experiencia, Sonia se ha especializado en acompañar pérdidas, por su especial sensibilidad y por su profunda empatía, su labor es valiosísima. Os dejamos el enlace a la entrada que publicó con este texto en su blog, Abrazando la maternidad,  para que paséis a visitarlo y podáis conocer más en profundidad a esta extraordinaria mujer y su maravillosa labor como Doula.
http://www.abrazandolamaternidad.com/2012/07/perdida-de-un-bebe.html
Sonia, desde Niños del Agua queremos darte las gracias por tu generosidad!! Un fuerte abrazo.


La pérdida de un bebé, por Sonia Canal




1 de cada 4 embarazos no tienen éxito. 

No es ningún consuelo. Perder a un hijo es una de las peores cosas de la vida, si no la peor.

Está claro que no todo el mundo lo vive igual, pero si podemos compartirlo, sentirnos comprendidos, hacemos el duelo... en vez de esconder nuestro sufrimiento... se sobrelleva.

Recientemente perdí a mi bebé. Lo alojé en mi vientre durante 15 semanas, aunque desde la 8, no le latía el corazón. Lo supimos a la semana 12, fué un shock terrible. Ni mi cuerpo ni mi intuición me habían avisado. Lloramos, gritamos, nos rebelamos. A los dos días, pudimos asumirlo. Y nos despedimos.

Al día siguiente, me desperté diferente. Estaba en paz. Me sentía más ligera. Con nauseas todavía, pero sentí que mi bebé, su alma, había abandonado mi cuerpo. Puede sonar esotérico, pero esa fue mi sensación.

En efecto, esto fue lo más duro de aceptar. Que el cuerpo físico de mi bebé no quisiera abandonar el mío por sí solo, de forma natural. Ya llevaba 4 semanas de más en mi vientre, dentro de una placenta muy activa que me mantuvo engañada hasta mucho más allá con nauseas y demás síntomas de embarazada, cuando mi pequeño ya había decidido irse hace tiempo...

El caso es que fueron pasando los días y mi cuerpo no reaccionaba. Ni un pequeño sangrado, ni una mínima molestia en el bajo vientre. 

Con la ginecóloga acordamos esperar todo lo que yo quisiera. Nos íbamos viendo cada semana, y en cada visita veíamos de nuevo a mi bebé por ecografía transvaginal, el cual no mostraba ningún signo de desprendimiento. Eso también fue duro. 

Y yo seguía todos los días visualizando como lo expulsaba naturalmente... yendo al baño cada vez que lo necesitaba, con mi palanganita (la idea de que mi bebé pudiera irse por el wc me horrorizaba!), tomando alguna sesión de Reiki, reflexología y metamórfico... pero nada. Ni un pequeño sangrado, ni una mínima molestia... este bebé tenía otra cosa pensada para mí.

La primera semana yo no quería oír hablar de legrado (deformación profesional), la segunda sí escuché, y la tercera fui yo quien lo pedí. Pero no derrotada o resignada, si no todo lo contrario, pues fue una decisión bien meditada, asimilada, aceptada, y deseada. Así que a la semana 15 programamos la intervención. Tenía que ser así.

Hacer el duelo, sentirse comprendida y acompañada, y esperar, lo más duro pero tan necesario! el haber intentado dar la oportunidad al cuerpo a expulsarlo por sí solo, el haber podido despedirme como dios manda, y haber tomado la decisión yo misma en todo momento... todo eso han hecho que hoy, a una semana escasa de la intervención, me mantenga entera, en calma, en paz... triste también, porque una pérdida es una pérdida, pero ENTERA...

Gracias bebé por enseñarme a esperar, a compartir, a perseverar, a confiar, a amar, a despedir, a acompañar, a reír, a llorar, a respetar..





miércoles, 3 de octubre de 2012

Los niños y las pérdidas

Cuando sufrimos una pérdida, una pregunta frecuente que se nos plantea a las madres y a los padres es la de cómo explicarles a nuestros hijos que su hermanito o hermanita se ha marchado, o se va a marchar, y que todos los proyectos que tenía la familia planteados para la llegada del bebé no van a poder llevarse a cabo.
Muchas veces los niños, muy permeables y emocionales, tras la pérdida física, son conscientes de que algo no va bien, aunque los progenitores no hayan encontrado el momento adecuado para contarles lo sucedido. Ven a sus padres preocupados y notan que pasa algo grave. Si se les niega y oculta lo ocurrido, lo único que se consigue es causarles angustia, ansiedad y sufrimiento, incluso en ocasiones, sentido de culpabilidad.
Cada familia, tiene sus propias experiencias y circunstancias, pero lo más recomendable para los otros hijos es que se les cuente la verdad y, por supuesto, en todos los casos, incluso si la pérdida ha sido de pocas semanas. Aunque el embarazo, por desgracia, no se haya alargado mucho en el tiempo, la ilusión y el Amor por el bebé es igual de grande en todas las familias y el duelo va a tener que ser elaborado de igual forma. El dolor no puede cuantificarse y medirse por cantidades, es un sentimiento y siempre es intenso y duro.
Y ¿cómo hablarlo? De forma sencilla, con palabras claras y adaptando la explicación a la edad y la idiosincrasia de cada niño.
Lo ideal sería que lo contarais la madre y el padre, si no puede uno, el otro, si no os encontráis con fuerzas, pidiendo ayuda con su presencia a la Doula, a un familiar, a un amigo muy próximo a los niños, en casos extremos a un psicólogo especializado en pérdidas.
Cuando se lo comentéis a los niños, no es necesario que os retengáis, llorad si lo necesitáis, habladle de vuestra pena, de vuestros sentimientos. Ellos también se van a sentir muy tristes y necesitan comprender que no es nada malo, ni extraño, que todos lo estáis pasándolo mal porque esperabais con mucha ilusión a vuestro bebé y este, no ha podido vivir una vida fuera del útero.
A veces, el niño se entera sin más de la pérdida, o bien porque estaba allí cuando ocurrió, o porque estaba presente en el momento de comunicarla el médico o bien por otros motivos. En estas ocasiones, lo único que podemos hacer es acompañarnos todos en nuestro dolor. Todas las personas implicadas en el embarazo se deshacen en jirones emocionales al conocer la noticia, no hay solución, ni escapatoria, lo único que podemos hacer para asumir nuestra pérdida es unirnos y apoyarnos, hablar, abrazarnos y llorar juntos.
El día en el que detectaron las malformaciones fatales de nuestra pequeña Luna todos los miembros de nuestra pequeña familia estábamos presentes. Fuimos a revisar su corazoncito para ver si el pequeño defecto que habían detectado en la semana 20 se había resuelto y nuestra hija mayor, Adriana, entró con nosotros en la prueba, como en todo el embarazo, quería estar presente en todo el proceso. Todos pensábamos que nuestra bebé uterina estaba sana y bien, ni nos planteamos que pudiera ocurrir el fatal desenlace que con posterioridad vivimos. Pero las noticias fueron catastróficas, su corazón estaba irremediablemente dañado y así nos lo comunicó la doctora, no había esperanza, ni solución. De esta forma tan abrupta se enteró su hermana de que la bebé soñada, su compañera de juegos no iba a poder vivir. Tanto la doctora como nosotros estábamos en estado de shock y, en el momento, no supimos reaccionar. Así se enteró Adriana de nuestra desdicha, al tiempo que nosotros.
Cuando llegamos a casa, el estado emocional de los cuatro era penoso. Adriana, por lo general una niña tranquila y dulce, se puso durante media hora a tirar todos sus juguetes por todas partes, a lanzarlos con rabia. Nosotros la acompañamos en silencio, ella era más valiente que nosotros y estaba comenzando a elaborar su duelo. Después, lloró amargamente durante más de una hora y al finalizar, le hizo un dibujo a Luna en su pizarrita magnética y nos dijo que se había despedido de ella. Nuestra pequeña, con tres años recién cumplidos nos dio una lección de fuerza y valentía. Sabía que la hermana físicamente no podía vivir y nos dijo que la pequeña Luna no podía nacer. Los niños son muy fuertes y sabios.
La muerte está ahí, no la podemos negar. Nuestra sociedad la oculta e intenta hacer de ella algo invisible para la mayoría. Sin embargo, todos sufrimos la pérdida de seres queridos, a veces, demasiado pronto, como en el caso de los Niños del Agua que se marcharon habiendo conocido sólo la vida acuática del ser humano.
Como padres, tenemos la responsabilidad, para con nuestros otros hijos, de acompañarles de forma franca y honesta en su proceso vital. Debemos ayudarles a comprender la verdad, a aprender, todos juntos,  a asumir la ausencia de nuestro amado bebé y a afrontarla, pasando todos un proceso de duelo sano y necesario en el lloremos, en el que hablemos de nuestro pequeño que se marchó, de cómo lo queremos, de todo lo que hemos aprendido con su presencia, del Amor, de la vida, de la muerte.