Hace unos días honramos, en un amoroso ritual, la
marcha del pequeño Daniel, el bebé de Carmen y José, hermano de Pablo, y
también, la de nuestra linda Luna, que ya hace un año que nos dejó.
Podéis leer este emotivo post, en el blog de estos amigos, en el que Carmen cuenta esta conmovedora
experiencia.
Rodeadas de amigas, madres, padres y niñ@s,
arropamos a la familia del dulce Daniel en su dolor, la cobijamos, la apoyamos,
lloramos con ellos y apelando a los cuatro elementos: Agua, Aire, Tierra y
Fuego, transmitimos la importancia y la trascendencia que han tenido en
nuestras vidas, y que siempre tendrán, nuestros Niños del Agua Daniel y Luna.
Para simbolizar el Agua utilizamos barcos de papel
con mensajes para Daniel y Luna, y los dejamos marchar, en un suspiro, por los
meandros de un riachuelo.
Para honrar la Tierra, recogimos arena de nuestras
bellas playas españolas, arena que sus padres han mezclado con ancestral tierra
peruana, país donde ellos residen en la actualidad y en el que nació, y sólo
vivió dos horas el pequeño Daniel.
Al Aire enviamos nuestro Amor para con ellos en unos
delicados y hermosos globos de Papel,
uno para Daniel, uno para Luna.
Dejamos para el final el ritual del Fuego, cada
amiga desde el interior de su corazón, le preparó algo muy especial a nuestros
queridos bebés: una caja artesanal, unas bellas palabras, el regalo de una cualidad
con la que sus madres puedan seguir adelante la vida, una maravillosa danza trascendental
de mujer para mujeres, flores guardadas desde el nacimiento de sus hijos,
dibujos preciosos, y yo le escribí un poema a nuestra querida Carmen y a todas
las madres de la Humanidad, todas las que fueron, todas las que son y todas las
que serán. Un poema para transmitirle todo lo que he aprendido y comprendido en
este desgarrador año que ha pasado tras la marcha de mi chiquitina, mi esperada
Luna.
La maternidad, a veces, toma extraños caminos,
caminos duros, difíciles y diferentes, en los que los bebés sólo comparten físicamente
con nosotras algunos instantes de la eternidad, sin embargo, hoy sé que el Amor
Maternal es infinito (por supuesto, también el Paternal) y que no hay barrera
física que impida que este Amor se incremente cada día. Cada minuto que pasa
amo más a mis hijas, a la que está conmigo y a la que se fue, ese Amor es
inquebrantable y eterno; y ni la muerte, me lo arrebatará jamás. Ellas y yo
estamos y estaremos unidas por siempre en el Amor.
Las madres debemos recuperar nuestro instinto, la
conexión con las madres que nos precedieron, con las que son a la vez que
nosotras, con las que serán. Las madres tenemos que apoyarnos, cobijarnos,
arroparnos, acompañarnos y amar a nuestros hijos e hijas, a tod@s.
Os dejo a continuación el poema que leí antes de
encender un fuego liberador, sanador, con el que nos fusionamos con todas las amigas
que allí estábamos, las Madres de la Humanidad, las Hijas de la Tierra. Gracias
a todas esas maravillosas Madres que hicieron posible un homenaje tan sentido a
la Vida y a todo lo que nos están enseñando nuestros anhelados Niños del Agua
Daniel y Luna.
Sólo me resta decir que el poema lo escribí desde mi
alma quebrada para una querida amiga a la que también se le rompió la suya.
Hijas de la Tierra
Somos las Hijas de la Tierra,
las Madres de la Humanidad.
Somos las Madres del ayer,
del hoy,
del mañana,
de las y los que se fueron,
de las y los que son,
de las y los que serán.
Somos las Madres Agua,
Fuego,
Aire,
Tierra,
Cosmos,
Humanidad.
Bajo el sol,
bajo la Luna,
Todas somos Una.
Las ancestras,
las presentes,
las futuras,
Todas somos Una.
Somos las Hijas de la Tierra,
las Madres de la Humanidad,
unidas para cobijar,
unidas para Amar,
a nuestras hijas,
a nuestros hijos,
a las/los que se fueron,
a las/los que son,
a las/los que vendrán.
Somos las Hijas de la Tierra,
las Madres de la Humanidad.
Gracias Elena, gracias Ramón y gracias a las mamás y papás del corazón. Gracias porque me sentí acogido, contenido, arropado, cobijado... pude llorar con libertad y emocionarme con todo mi cuerpo y mi alma. Gracias porque los lazos que nos unen, los del amor, no se rompen nunca.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti José por habernos dejado apoyarte, consolarte, cobijarte. Gracias por habernos permitido llorar contigo y sostenerte en tu dolor. Daniel nos ha llenado a todos el corazón de un Amor puro y trascendente.
EliminarUn hondo abrazo querido amigo,
Elena
Querida hermana del corazón. Aún se me pone la piel de gallina al recordar los hermosos e intensos momentos vividos aquel día. Nunca olvidaré a nuestros preciosos niños del agua y del amanecer. Luna y Daniel ocupan un lugar especial dentro de mi corazón, al igual que vosotros, sus familias. Os quiero
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte querida amiga. Gracias por tu sentir y por tu acompañamiento.
EliminarElena
Emotivo articulo. Me uno a vosotros en acompañaros en este recuerdo a Luna y Daniel. El proximo martes 19 hara tambien un año que mi pequeña se marcho de mis entrañas. Ahora estoy embarazada de nuevo, ya casi a punto de poder disfrutar la maternidad plenamente, pero son momentos agridulces, ilusionante spor el futuro pero tristes por revivir la perdida de hace un año...
ResponderEliminarMucho animo, que la vida sigue y nuestros pequeños nos acompañan alla donde esten. Nosotros jamas les dejaremos solos.
Mafalda
La maternidad a veces es amarga, a veces dulce.
ResponderEliminarDisfruta mucho de tu bebé, de su Amor, de su compañía y cuando sea mayor, háblale de aquel pequeñín que es su hermano que vivió brevemente, pero os marcó con su profundo Amor de por vida.
Qué duro son los aniversarios ¿verdad? Honra el recuerdo del bebé que se marchó, pero, no dejes por la pena, de vivir con plenitud tu parto y de celebrar la nueva vida que va a ver la luz dentro de muy poquito.
Un abrazo muy fuerte,
Elena
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ResponderEliminarPreciosa manera de gestionar la pérdida, compartir el dolor y la esperanza. La verdad que esto es lo único que merece la pena, amar hasta el tuétano de las miles de formas que el ser humano es capaz de hacerlo, sentir con pasión lo que se vive y dejar que, por sí mismo, el dolor se vaya transformando en nueva vida, es un misterio, pero así sucede.
ResponderEliminarUn fortísimo abrazo a todos los papis y mamis que aman sin mesura.