Los
niños que pierden seres queridos también pasan por el duelo por la muerte de la
persona que amaban. El fallecimiento de un hermanito, de un abuelo, de un
primo, de un amigo o de un familiar, al igual que para los adultos, supone para
ellos un terrible golpe. Sin embargo, de nosotros depende que esta ausencia la
vivan con delicadeza, con naturalidad y con realismo, sin añadirle un
sufrimiento innecesario, afrontando los hechos y comprendiendo nuestra
naturaleza mortal.
Para
que los niños asuman la ausencia de su ser amado resulta fundamental permitirles
expresar libremente sus emociones. Al ser más pequeños y aún no tener
herramientas de comunicación tan sofisticadas como los adultos, nuestros
pequeños descargarán su pena a través de sus propios medios: enfado, llanto, ira,
movimiento. En estos momentos de crisis, tenemos que estar a su lado,
acompañarles en su pena, en su dolor, cobijarles, abrazarles (si lo desean) y
verbalizar y validar sus emociones. Podemos decirles frases como: “comprendo
que estés triste, yo también lo estoy”, “duele mucho perder a un ser querido”,
“llora todo lo que necesites”, “comprendo que estés enfadado”, etc. También,
debemos estar preparados para contestar sus preguntas, cuanto más mayores y más
maduros sean, más profundas serán éstas. Con respecto a las creencias
personales, cada familia tiene las suyas y debe decidir en libertad qué desea
transmitirle a sus hij@s.
Sé
que como padre, como madre, que también hemos perdido a nuestro bebé, que nos hayamos
también destrozadas y agotadas, resulta extremamente complicado el acompañar a
nuestros hijos mayores en su dolor, pero para ellos resulta fundamental el no
sentirse en esos momentos solos, el comprenderse apoyados de forma respetuosa,
con cariño, con suavidad, sin gritos, sin regañinas. También comprendo que, en
la casa, todos nos sentimos desbordados por la pena y el dolor y que resulta
complejo el no estallar ante cualquier crisis. En esos momentos, cuando no
puedas más, llama a una amiga, a un familiar, a tu pareja para que acompañe a
tu pequeña, a tu pequeño desde el Amor y el Respeto. Si lo necesita, que le
dejen llorar y expresar sus emociones.
El
duelo de los niños, al igual que el de los adultos dura semanas, meses, años,
depende del niño, de la edad, de su capacidad de comprensión. Pasado el golpe
inicial, y si han llorado y han comunicado su pena lo suficiente, nuestros
pequeños comienzan a asumir la ausencia, sin embargo, aún sienten emociones muy
intensas y necesitan expresarlas. Una vez más, los niños buscarán sus propios
medios para comunicarnos sus emociones, sus pensamientos, lo harán a través de
los dibujos, de sus juegos, del baile, del canto, del juego simbólico, de la
plastilina, de sus muñecas, de sus negativas, de sus pequeños enfados. Como
adultos, cuando veamos en el juego, en el arte de nuestros hijos, como afloran
sentimientos y emociones por la ausencia de su ser amado, podemos aprovechar
para hablar del tema, expresarles nuestros sentimientos, hacerles ver que es
normal que recuerden a un ser querido y que alberguen sentimientos de Amor
hacia ellos.
Hermoso Elena, siempre que te leo me siento reflejada. Gracias por escribir estos textos, me ayudan mucho en mi vivencia. Muchas gracias! te mando un beso!
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por tu compañía y tus cariñosas palabras,
ResponderEliminarUn abrazo muy muy fuerte,
Elena
hola ELENA,como te he comentado antes,yo estoy pasando por esta situacion,ya te comente que tengo 3 hermosos hijos,antes de la perdida de mi HERMOSA IRUPE,se hizo todo muy complicado estan edades diferentes jor de 11 años,nahiara de 8,y giovanni de 2 años hace 3 mese y 29 dias que sucedio y nos resulta muy complicada la situacion,ya que se expresan de diferentes maneras y explicarles cada vez que preguntan por su hermanita es muy duro,GRACIAS ELENA POR TU DEDICACION Y COMPRENCION ME GUSTA MUCHO TUS PALABRAS,
ResponderEliminarQuerida amiga,
EliminarGracias a ti por ser consciente de que cada uno de tus hijos necesita un apoyo diferente. Recuerda háblales siempre desde el corazón, de forma natural, ellos también sienten pena por la pérdida de su preciosa bebé y van a comprenderte perfectamente, cada uno desde su edad y sus posibilidades. Os envío a toda la familia todo mi cariño,
Elena